Marina Abramovic - Rhythm 10 (1973) In her first performance Abramovic explored elements of ritual and gesture. Making use of twenty knives and two tape recorders,the artist played the Russian game in which rhythmic knife jabs are aimed between the splayed fingers of her hand. Each time she cut herself, she would pick upa new knife from the row of twenty she had set up, and record the operation.After cutting herself twenty times, she replayed the tape, listened to the sounds, and tried to repeat the same movements, attempting to replicate the mistakes, merging past and present. She set out to explore the physical and mental limitations of the body– the pain and the sounds of the stabbing, the double sounds from the history and from the replication. With this piece, Abramovic began to consider the state of consciousness of the performer. "Once you enter into the performance state you can push your body to do things you absolutely could never normally do.” |
ojos
en los cuervos,
cría cuervos y te sacarán los ojos,
y así fue…
Sacaron
cuervos mis ojos,
los
cuernos me salieron entre pelo y pelo;
me
salió por el pelo los cuervos,
dejando
ese gusto que congoja.
Entre
ojos las nervaduras carcomidas
obsoletos
por las picaduras;
¡Crgh! duro hueso craneal cruje,
mientras
mi vista arde, fuego ruge.
¿Y la sangre? ¿Dónde quedó la sangre?
se
tornó verdosa, se tornó morada,
entre
venas irritadas, purpúreo,
recorren
conductos violáceos.
Saliva
coagulada, me ahoga,
como
píldoras atoradas, se trenza la
garganta,
mi
espalda se pone tensa, y mis ojos…¡Ay, mis ojos!
Hinchazón
del párpado, picazón intensa
secreción
acuosa, cría cuervos y te sacarán los párpados
cría
cuervos que te picarán el iris,
cría
cuervos y te harán sufrir toda la vida.
Apolillados
pestañeos,
a mordiscos con sus cuervos,
cuervos
que corroen párpados; lágrimas ambarinas.
Sinsabor
de mi alma,
ánima aguijoneada por cuervos,
que libera
caldo azafranado
coloreando
mí quebranto.
Irrigando
mientras estriñan las heridas,
el
tiempo que endurece mi cuerpo, emanando llanto;
sangraba
cuervos.
Saray Ramírez Pérez
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